Cuando viví dos años en Urubamba, investigué la nutrición de los suelos y la agricultura entrevistando a los campesinos, etc. Luego de esta experiencia, me di cuenta de que hay un vacío; a los profesionales de la salud nunca nos enseñan cómo se nutre la tierra; que el paratión (un insecticida) está proscrito, y en algunos lugares todavía lo usan; o que el folidol, está prohibido. Pero lo que pasa es que la gente quiere adquirir una lechuga sin huequitos y verla limpia, y no saben que cuando se ve tan bonita es porque está fumigada.

Un ejemplo de agricultura sana es la agricultura biodinámica. La agricultura biodinámica ofrece una forma de mantener y restaurar el equilibrio ecológico y la armonía orgánica en su terreno agrícola o jardín, haciendo un uso eficiente de la energía natural.

En 1924, después de que varios agricultores expresaran su preocupación por la degradación del suelo debido al uso constante de los fertilizantes, el filósofo austriaco Rudolf Steiner impartió un curso de agricultura, dando una serie de conferencias sobre agricultura antroposófica que eventualmente se conocería como agricultura biodinámica. Steiner exploró la relación entre el agricultor y la tierra, afirmando que los humanos tienen la responsabilidad de cuidar su hábitat y sus recursos naturales.

Las prácticas agrícolas biodinámicas incluyen evitar los fertilizantes químicos y usar más bien "los preparados biodinámicos" a base milenrama, manzanilla, ortiga, corteza de roble, diente de león y valeriana, estiércol de cuerno, sílice de cuerno, té de cola de caballo, etc. Todo esto ayuda a la inmunidad de las plantas, las hace resistentes a pestes, enfermedades y condiciones de clima extremo, así como ayuda a sintonizar el suelo con todo el organismo-granja.

Los principios biodinámicos comparten un enfoque espiritual, considerando la interconexión del suelo, las plantas, los animales, la tierra e incluso el cosmos entero como un sistema vivo.