“Om”, palabra eterna, es todo: lo que fue, lo que es y lo que será. Está representada en letra sánscrita con una curva inferior que simboliza el estado de sueño, una curva superior que es el estado de despertar, y la que parte del centro simboliza el dormir profundo y sin sueños.
La media luna creciente es la representación de maya, el velo de la ilusión, y el punto es el estado transcendental. Cuando el espíritu individual del hombre atraviesa el velo y descansa en lo trascendental, queda liberado.
El Om es la unión de tres sonidos: a-u-m. Tiene una secuela, el sonido mmm que se va desvaneciendo hasta quedar en silencio, un silencio que se debe sentir y experimentar.
Representa la trinidad, presente no solo en el cristianismo, sino también en el hinduismo, el budismo y muchas otras religiones del mundo.
El Om es el origen de la creación; es la fuente, el sostén y la fuerza. Es el aliento vital en cada ser: está en la raíz de todos los sonidos, en todos los mundos.
Cuando se originaron los elementos y comenzó la creación, se produjo el sonido Om. Ese sonido es el primigenio y fundamental UNO.
De acuerdo con la tradición hindú, la práctica del ritual de la repetición sincera y sistemática de este mantra, hecha con devoción, puede generar los siguientes resultados:
El 90 por ciento de los mantras comienzan con el sonido Om y terminan con ese mismo puro sonido sagrado.
Recomendaciones:
Te recomendamos repetir tres veces la palabra Om por lo menos una vez al día; hazlo y disfruta la paz.
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