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MAGNESIO Y CORAZÓN

Dr. José Luis Pérez-Albela

Médico cirujano

Médico naturista

PERÚ

 

La enfermedad cardíaca es el homicida número uno de hombres y mujeres en el mundo. Según la Asociación Estadounidense del Corazón, cada treinta y tres segundos alguien muere en los Estados Unidos por enfermedad cardiovascular: eso se está acercando al millón de muertes al año. La hipertensión ocurre en cincuenta millones de estadounidenses y es responsable de un estimado de 29.3 millones de visitas en consultorio al año a médicos alópatas, y allí se recetan fármacos contra la hipertensión, no obstante que el magnesio se ha empleado con éxito por casi más de medio siglo por doctores en medicina, osteópatas y médicos naturópatas.

 

Parte de la primera evidencia para el empleo del magnesio contra la dolencia cardíaca provino de estudios epidemiológicos en Gales, Taiwán, Suecia, Finlandia y Japón demostrando que los índices de mortalidad por enfermedad coronaria al corazón son más altos en comunidades que consumen agua y dietas con deficiencia de magnesio. Las áreas geográficas donde el calcio en el agua era mucho más alto que el magnesio o donde la ingesta dietética de calcio era más alta que el magnesio mostraron aún más enfermedades coronarias. Un estudio en Estados Unidos hecho en un período de 7 años que siguió a catorce mil hombres y mujeres, concluyó que el magnesio bajo en la dieta, puede contribuir al origen de la ateroesclerosis coronaria y al ataque agudo al corazón.

 

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedad en Atlanta siguió a doce mil personas durante diecinueve años, al final de los cuales 4,282 personas habían muerto, 1,005 de enfermedad al corazón. El riesgo de morir de enfermedad al corazón era el más alto en aquellos con deficiencia de magnesio. Los investigadores hicieron un estimado conservador de que el 11 por ciento de medio millón de personas que murieron de enfermedad al corazón en 1993 pudo haber estado directamente relacionado con deficiencia de magnesio. Si se usaran medidas más exactas para determinar la deficiencia de magnesio, tal como la prueba de magnesio-ionizado, encontraríamos que los números serían aún más elevados y la necesidad de magnesio todavía mayor.

 

Esta evidencia se ha estado acumulando por décadas señalando que el magnesio juega un rol crucial en la prevención tanto de la ateroesclerosis como la arterioesclerosis. El magnesio mantiene la elasticidad de la pared arterial, y es necesario para el mantenimiento de músculos saludables, incluyendo al mismo músculo del corazón. Por todas estas razones, el magnesio es importantísimo para mantener un corazón saludable. 

 

Uno de los químicos metabólicos principales en el cuerpo es el óxido nítrico (NO). Es un compuesto muy simple hecho de nitrógeno y oxígeno. El óxido nítrico controla la vasodilatación, pero nuevamente encontramos que esta actividad está bajo la dirección del magnesio.

 

El Dr. Kilmer McCully fue el primer investigador, en 1969, en identificar una condición de elevados niveles de un aminoácido, homocisteína, en la orina de pacientes con enfermedades cardíacas, que podía ser revertida con ciertos nutrientes. La homocisteína es un producto normal de la digestión de proteínas, que en cantidades elevadas causa colesterol oxidado, el cual daña los vasos sanguíneos. Para ciertos individuos que carecen de enzimas específicas para la digestión de proteínas, la homocisteína puede volverse un serio problema.    

 

Un nivel saludable de homocisteína se encuentra debajo de 12 micromoles por litro de sangre (12 mol/L). Los niveles de homocisteína mayores a 12 mol/L son considerados altos. Del 20 al 40 por ciento de la población general, tiene niveles altos de homocisteína. Las personas con niveles altos tienen cuatro veces más riesgo de sufrir un ataque al corazón, comparadas con los que tienen niveles normales. La elevación de los niveles de homocisteína ocupa un lugar importante en la lista de factores de riesgo de enfermedad cardíaca, y sirve como un marcador aún más determinante que el colesterol alto, para diagnosticar las enfermedades cardíacas y trastornos de coagulación sanguínea.

 

El marcador más relevante es la deficiencia de magnesio, debido a que las principales enzimas involucradas en el metabolismo de la homocisteína dependen del magnesio. Según McCully, la elevada homocisteína se debe a la excesiva presencia de proteínas en la dieta. Sin embargo, cuando existe deficiencia de magnesio, de las vitaminas B6, B12 y el ácido fólico, el cuerpo no puede digerir las proteínas adecuadamente.

 

Hace 100 años, las vitaminas B estaban presentes en la dieta típica; ahora que están ausentes de la dieta, la homocisteína se eleva y produce dolencias cardíacas. Cuando estos nutrientes metabólicos son reintroducidos a través de la dieta o de suplementos, los niveles altos de homocisteína son revertidos, y los síntomas de enfermedades cardíacas disminuyen. Las investigaciones actuales confirman que las vitaminas B6, B12, y el ácido fólico junto con el magnesio, son necesarios para impedir el daño a los vasos sanguíneos provocado por los altos niveles de homocisteína en la sangre. 

 

El magnesio es uno de los elementos de mayor importancia dentro de la célula, e interviene en procesos bioquímicos básicos como regulador de la estructura del ribosoma, que son pequeñas formaciones de la célula, en el transporte de la membrana celular, la síntesis de proteínas y de ácidos nucleicos; la generación y transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción muscular y cardíaca, así como en la fosforilación oxidativa que es la etapa más eficiente en la producción de energía en las células.

 

La cantidad de magnesio que podemos obtener de los vegetales no contiene la cantidad adecuada para una dieta rica en magnesio, debido a que la industria agrícola intensiva actual no contiene los nutrientes necesarios en los suelos ni se respetan los ciclos de cultivo natural de cada ecosistema. Por ello encontramos deficiencia de magnesio en la población actual.

 

En los últimos 50 años el consumo mundial de magnesio ha bajado y el de calcio ha aumentado;, esto se debe al uso masivo de fertilizantes en los suelos con alto contenido en potasio y calcio, ambos sin magnesio; por esta razón, la hipertensión arterial, los infartos del corazón, los derrames cerebrales, la diabetes, la osteoporosis, el envejecimiento acelerado, la ansiedad y la depresión, han aumentado como consecuencia de esta deficiencia nutricional. 

El magnesio bloquea la captación del calcio y actúa como un potente vasodilatador y mantiene el balance de los mecanismos que permiten la coagulación, aumentando la oxigenación en el corazón y mejorando la contracción del músculo del corazón.

 

Los exámenes en personas que han fallecido por ataques cardíacos muestran bajos niveles de magnesio en el músculo cardíaco, mientras que los pacientes con enfermedad coronaria, tratados con grandes dosis de magnesio, tienen una mejor expectativa de vida que aquellos que son sometidos al tratamiento convencional.

 

Un porcentaje significativo de personas sufren de prolapso de la válvula mitral, que es un descenso en la eficiencia de esta válvula en su función con el corazón. Este problema está asociado a las arritmias, y en general a un músculo cardíaco hipersensible. Los estudios demuestran que más del 60% de estas personas tienen deficiencia de magnesio, y los síntomas pueden ser prevenidos por la administración de este elemento.

 

El magnesio es el más importante agente antiarrítmico para tratar la toxicidad de la medicación, a la vez que contribuye a tratar la taquicardia atrial y ventricular cuando es administrado por vía intravenosa en estados de emergencia. Además, el magnesio corrige las arritmias y la insuficiencia cardíaca congestiva; actúa como un sedante cardíaco que disminuye la excitabilidad del miocardio.

 

La deficiencia de magnesio también ha sido implicada en el prolapso de la válvula mitral (PVM), un desorden en el que la válvula mitral no cierra completamente una de las cámaras del corazón durante la contracción del mismo. También es llamado síndrome de la válvula flexible. Cuando la sangre ingresa a través de la válvula abierta, puede oírse como un murmullo del corazón con un estetoscopio. Cuando el ultrasonido cardíaco se hizo común, el diagnóstico del PVM se incrementó, especialmente en las mujeres jóvenes. No hay tratamiento alopático para esta condición, y en casos no graves o aún en los moderados, no causa ningún síntoma. Sin embargo, usualmente se les advierte a los pacientes que deberían tomar antibióticos cuando se curan la dentadura, para prevenir la posibilidad que bacterias alojadas en las encías sean incorporadas al flujo sanguíneo y se instalen  en la válvula prolapsada, causando infección. Esta es una ocurrencia muy rara y algunos médicos desaprueban esta sobre utilización de antibióticos, pero permanece como un riesgo de responsabilidad potencial para los dentistas que no advierten a sus pacientes sobre este peligro.

 

Por otro lado, la depleción del potasio y del magnesio parece jugar un papel significativo en las taquiarritmias ventriculares observadas en los pacientes alcohólicos, en los pacientes tratados con diuréticos y/o pacientes con toxicidad por digitáalicos. Se sugiere una estrategia terapéutica por la observación, de que los pacientes hipokalémicos tienen una incidencia coexistente del 38-42% de hipomagnesemia:  tanto el magnesio como el potasio deben de ser reabastecidos en todos los pacientes hipokalémicos que padecen de alcoholismo, o en quienes están recibiendo diuréticos y/o digitáalicos, debido a las taquiarritmias ventriculares que acompañan estos estados clínicos. Una determinación sérica rutinaria de magnesio, contribuirá significativamente a identificar aquellos pacientes en riesgo de arritmias cardíacas debido a la depleción de magnesio.  

 

Los posibles mecanismos a través de los cuales la depleción de potasio y la depleción de magnesio podrían causar los disturbios en el ritmo cardíaco, incluyen la repleción incompleta del potasio celular con la retención del sodio, debido a una debilitación o deterioro de la actividad ATPasa magnesio activada, una alteración en la permeabilidad de la membrana celular con pérdida de potasio celular y pérdida de absorción celular del sodio, y que ocurra un influjo intracelular del calcio. Todos estos eventos podrían resultar como consecuencia de la deficiencia de magnesio. 

 

Una estrategia terapéutica razonable para evitar el problema de la repleción refractaria del potasio, debido a una coexistente deficiencia de magnesio, sería la de reabastecer el magnesio, cuando haya una indicación para reponer el potasio. Finalmente, parece razonable recomendar que el magnesio sérico se determine rutinariamente, cuando el médico requiera de la determinación de los electrolitos séricos para apoyar su manejo en la terapia del paciente. 

 

La tasa de mortalidad debido al infarto del miocardio, parece variar con el consumo dietético del magnesio, lo cual podría ser debido a los efectos sobre la arterioesclerosis, el espasmo de la arteria coronaria, patogénesis alterada de infarto del miocardio, la vulnerabilidad aumentada a la arritmia, o alguna combinación de éstos. Se ha encontrado que la deficiencia de magnesio aumenta la severidad de un evento oclusivo coronario en término del monto de necrosis producida por alguna oclusión en particular. Además, una reducción en la concentración del magnesio extracelular, se asocia con la contracción del músculo vascular liso que podría ser el equivalente del espasmo arterial. 

 

Una complicación común en pacientes enfermos en estado crítico es la taquiarritmia cardíaca. Al papel que juega el magnesio, no se le ha dado la debida importancia. Miles de casos bien documentados, indican la eficacia del magnesio para controlar el ritmo cardíaco cuando fallan los métodos convencionales. 

 

BIBLIOGRAFIA

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