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LA MUJER Y SU VÍNCULO CON EL DEPORTE

 

Mg. Franz Rivera Mansilla

Psicosociólogo Deportivo

 

La moda y tendencia de la última década está orientada al “mundo fitness”, que se origina en los servicios ofrecidos por los gimnasios. Aunque esta tendencia ha atraído a numerosas mujeres, principalmente motivadas por alcanzar la figura corporal idealizada por los estándares sociales de belleza, la disciplina mental y corporal dura poco y se desvanece en el tiempo, reduciéndose todo a la frustrada y simple denominada “experiencia transitada”.

El deporte es un ámbito donde el género femenino está en proceso de lograr un espacio a costa de capacidad y muchísimo esfuerzo. Los estereotipos sociales adjudicados a la mujer como sujeto de ternura, dulzura, finura, quietud y fragilidad, comparada con los varones como seres bruscos, competitivos, fuertes y dinámicos siguen luchando por mantenerse vigentes.

La práctica y el sostén deportivo como un hábito saludable según el género se traduce a una población femenina menor en proporción a la masculina. Además, la presencia de mujeres en roles de toma de decisiones, dirección, organización y gestión deportiva sigue siendo limitada. La mayoría de los puestos de responsabilidad recaen en los varones, lo que hace pensar que el manejo y la gestión en el deporte todavía está en manos de estos, y no cabe duda de que hacen falta reglamentos y políticas para integrar, aún más, a las mujeres. 

La atención social de los “deportes de participación femenina” difiere del valor de la inversión en los “deportes de participación masculina”; ello se refleja en la diferencia del refuerzo social y económico. Por ejemplo, el contraste del pago de los futbolistas en relación de si son varones o mujeres es desigual.

Las mujeres exitosas, modelos y referentes en el deporte, poseen las siguientes características:

- Se han compenetrado con la idea de que el deporte como “profesión” se gestiona comprometiendo su tiempo y renunciando a otras actividades.

- Adaptan el deporte al sistema de vida de pareja, maternidad y otras actividades.

- La idea eje de competencia es compartir, conectarse a sus capacidades, sentirse apoyada, etc. 

- Han escalado cargos a través de la dedicación, la capacitación, el esfuerzo, la constancia y la labor dura.

- Tienen una visión optimista y positiva del futuro; saben que están relacionadas a la labor de derrumbamiento de estereotipos.

Los factores que obstaculizan el desarrollo del deporte femenino en el alto nivel y el desempeño de puestos más elevados de responsabilidad están relacionados a la tradición cultural: el conflicto de roles (estar en constante indecisión entre la práctica deportiva y otras actividades); la cultura deportiva de orientación masculina, en tiempo, espacio, organización, lenguaje, código u otros; los vestigios de actitudes machistas; diferenciación del esquema remunerativo según el género del deportista, entre otras.

Los factores que deben de influir positivamente en el ejercicio organizacional y práctica deportiva de las mujeres son los valores y competencias personales como mística de vida; la autovaloración positiva de sí mismas; la objetividad en sus propios límites y posibilidades, además de que poseen sensibles niveles éticos y morales.

Para contribuir a la situación de la mujer en el deporte, ha de promoverse de todas las formas posibles el apoyo y la comprensión familiar en cuanto a las exigencias. Se debe impulsar el respeto del entorno profesional y deportivo (entrenadores, directivos u otros); y, finalmente, tener acceso a reconocimientos y a recursos económicos en las mismas condiciones que los deportistas varones.

¡Esperamos que esta información te haya sido útil! 

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