La uña de gato tiene una larga historia de uso tradicional en las comunidades indígenas de la selva amazónica. Actualmente la corteza interna y la raíz se usan con fines medicinales y también se puede consumir como suplemento dietético en forma de cápsulas, tabletas, tinturas o tés.

Un estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology, investigó los efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores del extracto de uña de gato en las células inmunitarias humanas. Los investigadores encontraron que el extracto redujo la producción de citocinas inflamatorias y moduló las respuestas inmunitarias.

Además, se ha descubierto que tiene efectos gastroprotectores, ya que según otro estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology, reduce el estrés oxidativo y la inflamación en el revestimiento del estómago.

Otro estudio publicado en la revista BMC Complementary and Alternative Medicine, investigó el potencial anticancerígeno de la uña de gato en las células de cáncer de colon. Los resultados mostraron que el extracto inhibía el crecimiento celular e inducía la muerte celular programada en las células cancerosas.

Respecto a la actividad antimicrobiana de la uña de gato contra varios patógenos, otro estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology, mostró que el extracto exhibió efectos antimicrobianos contra bacterias y hongos, incluidas las cepas resistentes a los antibióticos convencionales.

La calidad de los productos de uña de gato puede variar, por lo que es importante elegir fuentes confiables y consultar con un profesional de la salud antes de usarla con fines medicinales.